Los conceptos de interés simple e interés compuesto son ampliamente confundidos y generan dudas al momento de manejar las finanzas personales. Sin embargo, ambos términos encierran marcadas diferencias que los harán con facilidad reconocible uno del otro.
Pero antes de indagar en cuáles son sus diferencias, es necesario tener en consideración cuál es la definición del interés. El interés en términos generales se refiere a una cantidad de dinero que será capaz de producirse al mantenerse alguna inversión, préstamo o ahorro.
En otras palabras, podría ser considerado como la rentabilidad que es creada por parte del capital inicial. Además,es importante saber que existen dos tipos de interés: simple y compuesto.
El primero, el interés simple, es el tipo de interés más básico. Es la cantidad de dinero que producirá una suma de dinero en un periodo de tiempo determinado, sin tener en cuenta ninguna reinversión de los beneficios obtenidos.
En otras palabras, con el interés simple solo la inversión inicial generará dinero.
En cambio, el interés compuesto tiene en cuenta la reinversión de los beneficios obtenidos para incrementarlos. De este modo, no solamente la inversión inicial genera rentabilidad, sino también todas las ganancias acumuladas. Por eso se considera más beneficioso a largo plazo
Para entender mejor cómo funciona cada tipo de interés, vamos a los intereses son expresados en porcentaje y se suelen calcular de manera anual.
¿Qué es el interés compuesto?
El interés compuesto fue nombrado como la séptima maravilla del mundo por Albert Einstein. Esto es por la importancia que toma en todo el mundo. Desde la tasa de interés hasta diferentes fórmulas científicas y económicas.
El interés compuesto es el tipo de interés que se calcula no solamente sobre la inversión inicial, sino también sobre los beneficios acumulados de periodos anteriores y futuros. Es decir, tiene en cuenta la reinversión de las ganancias para aumentarlas.
Para entender cómo funciona utilizaremos un ejemplo. Supongamos que tienes 100 dólares y decides invertirlos en una cuenta bancaria que ofrece un tipo de interés compuesto del 5 % anual. En el primer año, tendrías 105 dólares al final de los 12 meses (100 dólares de inversión inicial más el 5 % de interés).
Si en el segundo año no realizas ningún retiro o depósito, al final del mismo tendrías 110.25 $. La cantidad obtenida sería el resultado de sumar el 5 % Ads 105 dólares del año anterior. Es decir, el interés del segundo año se calcularía sobre el total del primer año (105 $).
De este modo, el interés compuesto genera una mayor rentabilidad a largo plazo que el interés simple. La razón es que tiene en cuenta no solamente la inversión inicial, sino también todos los beneficios acumulados para generar nuevos.
¿En dónde puede ver el interés compuesto en su vida?
Ahí muchos lugares y formas que la funcionalidad del interés compuesto es usada. De hecho, este tipo de interés se utiliza en diferentes ámbitos como los bancos, las entidades financieras y también en determinadas fórmulas económicas.
El sitio más común donde es posible observar el tipo de interés compuesto es en los bancos. Esto se debe a que cuando abrimos una cuenta de ahorro o hacemos un depósito, la entidad aplica este tipo de rentabilidad. Por eso es importante tener en cuenta las condiciones que ofrece cada banco.
Los tipos de interés de los préstamos son otro ejemplo en el que se puede encontrar el interés compuesto. Aunque en este caso funciona de manera que acaba siendo más caro para quien pide el préstamo. La razón es que, como hemos visto antes, el interés compuesto incluye no solamente la inversión inicial sino también todos los beneficios acumulados.
¿Qué es el interés simple?
El interés simple funciona de una manera diferente. Esto se debe a que, como hemos visto, solo tiene en cuenta la inversión inicial para generar rentabilidad. Es decir, no tiene en cuenta la reinversión de los beneficios.
Para entender mejor su funcionamiento utilizaremos un ejemplo. Supongamos que tienes 100 dólares y decides invertirlos en una cuenta bancaria que ofrece un tipo de interés simple del 5 % anual. En el primer año, tendrías 105 dólares al cabo de 12 meses (100 dólares de inversión inicial más el 5 % de interés).
Si en el segundo año no haces ningún retiro ni depósito, al final del segundo año tendrías 110 dólares. Esta cantidad se obtendría sumando el 5 % a los 100 dólares del año anterior. Es decir, el interés del segundo año se calcularía sobre la inversión inicial del primer año (100 dólares).
Así pues, el interés simple genera un rendimiento menor a largo plazo que el interés compuesto. La razón es que solo tiene en cuenta la inversión inicial y no todos los beneficios acumulados.
¿En dónde puede ver el interés simple en su vida?
El interés simple no es usado comúnmente en muchos lugares por que no crece a la misma velocidad. Sin embargo, todavía es posible encontrar este tipo de interés en algunos sitios.
Un ejemplo de dónde se puede ver el interés simple es en el cálculo de ciertos impuestos. Esto se debe a que el gobierno aplica un tipo de interés simple al calcular algunos impuestos. Además, también hay veces que el interés simple aparece en las fórmulas de inversión. Aunque hay que señalar que esto no ocurre muy a menudo.
A pesar de sus desventajas, el interés simple se utiliza a veces porque es más fácil de calcular que el interés compuesto. Esto se debe a que con esta rentabilidad solo hay que tener en cuenta la inversión inicial y no todos los beneficios acumulados
El interés compuesto y el interés simple son dos tipos diferentes de rentabilidad que se usan en distintos ámbitos. Mientras que el interés compuesto tiene en cuenta todos los beneficios.
El interés simple solamente tiene en cuenta la inversión inicial. Por ello, el interés compuesto genera un mayor rendimiento a largo plazo. Aunque es más difícil de calcular, se usa en diferentes ámbitos como los bancos y las instituciones financieras.
En cambio, el interés simple se usa con menos frecuencia porque no ofrece la misma rentabilidad a largo plazo.
Las diferencias entre el interés compuesto y el interés simple
Si se busca una diferencia entre el interés compuesto y el interés simple, la más común a mencionar se planteará en que el interés simple no se suma al capital inicial al momento de vencer el plazo establecido. Mientras que en el interés compuesto se procede a sumar al capital inicial al terminar el plazo de ya sea el crédito o la inversión.
Siendo así la diferencia citada que el interés simple no es capitalizable, pero, en cambio, el compuesto sí podrá ayudar a aumentar el capital inicial.
No obstante, esta no es la única diferencia que se pueden percibir en estos intereses. Es por ello que a continuación se podrá señalar cuáles otra diferencia son notorias.
Su impacto en el capital
Como se ha indicado, el interés simple no es un tipo capitalizable, lo que conlleva a que no tenga un impacto real en el monto inicial. Pero si se le compara con el interés compuesto, se tendrá que este sí puede ser capitalizable.
Con ello este interés ira siendo sumado al capital inicial cuando el vencimiento del periodo estipulado acontezca. El resultado es el aumento del monto inicial que se tenía en la inversión como tal.
Variación y cálculo
También existen diferencias entre las variaciones y el cálculo del interés simple del interés compuesto. Por ejemplo, se tiene que el interés simple se calcula tomando como base el capital inicial. Por su parte, el interés compuesto lo hace sobre el capital final, he allí que sea tan productivo para quienes deseen obtener ganancias con sus intereses.
Ello lo que conlleva es que con el interés simple no se genere un incremento del capital porque simplemente este no va a variar. Pero por el otro lado, con el interés compuesto sí se genera el incremento de capital porque aumenta en cada periodo.
Fórmula y elementos
Como es de esperarse, ambas fórmulas son diferentes y trabajan con algunos elementos en común; sin embargo, también con elementos distintos. Como muestra se tiene que la fórmula de interés simple es se emplea en variantes como el capital inicial, el interés aplicado al capital, así como el tiempo y el interés de pago.
Mientras que en el interés compuesto, aunque se tienen factores en ordinario como el capital inicial y el tiempo, se tiene de otros más como el capital final y los intereses. Esto es de esta forma porque, como hemos visto, la fórmula de este tipo de interés se basa en el capital al final de cada periodo.
Por tanto, si tenemos en cuenta todas estas diferencias entre el interés compuesto y el interés simple, es posible darse cuenta de que ambos pueden ser muy útiles dependiendo de lo que se busque.
Como hemos visto, hay muchas diferencias entre el interés compuesto y el interés simple. Estas van desde la manera de calcularlos hasta su impacto en el capital.
Es importante conocer estos conceptos para tomar mejores decisiones a la hora de realizar una inversión o pedir un préstamo. Entender cómo funciona cada uno puede ser la clave del éxito.
Comparando características del interés compuesto del simple
Para ahondar más en las diferencias de estos dos tipos de intereses, también es posible conocer qué tanto se diferencian uno del otro de acuerdo a su modo de actuar. Muchos detalles ayudarán en esta tarea.
Con el interés compuesto se tiene que ser generado sobre el capital cuando ya se ha cumplido el límite de tiempo que es pautado para el ahorro, el préstamo o la inversión. Pero al vencerse el tiempo acordado se procederá a formar parte del capital inicial.
¿Qué implica esto en la práctica?
Que las ganancias que son generadas en los planes de ahorro o inversiones, serán sumadas al capital. Al iniciar un nuevo periodo los nuevos intereses serán calculados según la base que tenga el nuevo capital.
Con ello se tendrá que los intereses generados más el capital anterior será el resultado. Pero cuando se habla de los créditos o préstamos, el interés es parte de la deuda acumulada.
Sin embargo, en el caso del interés simple se tendrá que ser calculado sobre un capital inicial que se vencerá en algún momento, y al hacer esto, esos intereses que serán generados no podrán ser reinvertidos en el capital. Logrando que permanezca igual.
¿Qué implica esto en la práctica?
Que al instante en que un plazo se vence, el interés no será capitalizable y que si la persona lo desea, un nuevo plazo comenzará en un crédito o inversión, el cual producirá el mismo interés en el mismo capital.
Cuando se refiere a créditos, el interés simple necesita que el deudor pague estos intereses de acuerdo al tiempo que ha sido planteado. Porque si no se generará un interés compuesto. Esto es así porque, como hemos visto, este tipo de intereses modifican el capital y por eso se sumarán a la deuda.
En Conclusión
Podemos decir que la principal diferencia entre el interés compuesto y el interés simple radica en la forma de calcularlo. Mientras que el primero genera beneficios que se suman al capital, el segundo solo funciona con una inversión o préstamo inicial.
También es importante tener en cuenta que el interés compuesto puede ser un gran aliado a la hora de hacer planes de ahorro o inversiones, mientras que el interés simple se suele utilizar en créditos o préstamos. Saber esto le ayudará a tomar mejores decisiones a la hora de elegir qué tipo de interés usar.
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